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“Contratan antes a una persona con un TikTok viral que a un bailarín con experiencia”, afirma Sara Tena Audin, bailarina del grupo de baile Bamboo

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El baile es una actividad que todos disfrutamos, si no es practicándolo es consumiéndolo en conciertos, concursos de la televisión, etc. Es una actividad que nos acompaña desde el comienzo de la historia con rituales en el paleolítico, y que ha evolucionado a nuestro lado a lo largo de los años. Por ello, con la llegada de las redes sociales y los creadores de contenido, el baile ha vuelto a evolucionar y ha creado un nuevo espacio para la creación de coreografías o “Trends”.


Una de estas redes sociales es TikTok. Plataforma que se popularizó durante el 2019 y durante la pandemia con los bailes de 60 segundos que crean los usuarios. Pero ¿de dónde salió TIK TOK? Todo se remonta a 2016 cuando Byte Dance, una empresa de tecnología china, sacó la aplicación con el nombre Douyin, la que dos años más tarde se fusionaría con otra aplicación china más popular llamada Musica.ly, creando así finalmente TikTok.

En esta aplicación se pueden crear videos de hasta tres minutos e incluso hacer directos, pero lo que lo diferenció de otras plataformas y revolucionó la forma en la que vemos el baile a día de hoy, son las distintas coreografías que crean los usuarios en la aplicación. Una de esas usuarias es Charlie Damelio, una adolescente estadounidense que se viralizó con el baile “Renegade” en 2019 al ritmo de la canción “Lottery” de K camp. Así comenzó su carrera como influencer de baile que le ha abierto puertas como bailarina, consiguiendo participar y salir victoriosa en el programa “Dancing with the stars”. Pero TIK TOK no solo la ha ayudado a ella, sino que los artistas y discográficas utilizan la popularidad de los bailes de la plataforma para crear sus propios “Trends” para promocionar sus canciones entre los más jóvenes y visualizarlas. 


Por desgracia no todo lo que ha traído TikTok es bueno para los bailarines, ya que esto también ha afectado negativamente a la remuneración de estos. Sara Tena Audin, bailarina del grupo de baile Bamboo, opina que al crear coreografías tan sencillas, todo el mundo puede hacerlas lo que desvaloriza el trabajo de los bailarines y las horas de ensayo que invierten. Ya que como ella dice “Contratan antes a una persona con un TikTok viral que a un bailarín con experiencia”.

Distintas experiencias

Pero la situación de los bailarines no siempre es así, hay muchos que se han dado a conocer mediante redes sociales como Instagram o Tiktok. Como por ejemplo, Jose Acosta, un freestyler de Bolivia con 138 mil seguidores en TikTok, cuenta que las redes le han servido para conseguir trabajos y contratos, además de tener mayor remuneración. 

 

“Si no estás activo en la red, dentro de poco entras en el olvido”, añade Jose Acosta haciendo alusión a que es mucha presión subir vídeos todos los días y aunque un día no apetezca grabar nada, tienen que hacerlo para no perder seguidores. 

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